domingo, julio 23, 2006

Recuerdo de graduación





Siempre habrá vasos vacios con agua de la ciudad
nosotros estamos casi ebrios,
como mutantes de una vieja película de Almodóvar
en un cine que antes era casa
contando los pétalos en mi solapa
juntando los colores
haciendo un arcoiris de palabras
recorriendo senderos de amantes recién conocidos
inspirados por la brecha oculta de un cigarrillo a medio consumir
y la punta a medio enterrar de una estaca que sostenía mi ropa
mientras tus labios despuntan el silencio del alba
arremetiendo contra nuestros cuerpos
destemplados por la sangre y por el agua
por las ganas y la ausencia
brindo por la victoria, por el empate y por el fracaso
por la falta de imaginación y por la muerte del arte
como si la vida se perdiera en un par de pensamientos
inconclusa, oculta, vuelves tu cara hacia mi
y me besas envenenándome, embelesándome
lanzándome irremediablemente al tedio
pero poco a poco el viento nos libera del silencio
y de la suerte como cortezas muertas
como abrazos que se extinguen en el tiempo que se va
y el año viejo que me dejó una buena suegra.


Cadáver exquisito escrito por Beatriz Opitz, Andrés Ramírez, Gabriel Payares y Fabiola López en una casa prestada para el festejo de una graduación, las referencias a canciones de Los Fabulosos Cadillacs, Andrés Calamaro y Canción de Fin de Año venezolana, son consecuencia del consumo excesivo de sustancias estimulantes típicas de tal celebración. Caracas, 21/07/2006

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